LA CELESTINA
Fernando
de Rojas, La Celestina
Literatura
española de la Edad Media y del Siglo XV
El
siglo XV se cierra con la aparición de una de las obras cumbre de nuestra
literatura: La Celestina. Es una época en que el humanismo ya está en plena
vigencia, lo cual también influye en la obra de Fernando de Rojas. De Italia
han llegado nuevas ideas, la nueva estética que luego se plasmará
definitivamente en la época del emperador.
Argumento
Calisto,
un joven noble apuesto y de preclaro ingenio, entra persiguiendo a un halcón en
la huerta donde se halla a Melibea, de quien queda profundamente enamorado.
Ante el rechazo de ésta y aconsejado por su criado Sempronio, decide encomendar
su cuidado a Celestina, para lograr por medio de ella el amor de Melibea. La
alcahueta consigue mediante artimañas que Melibea se enamore de Calisto. Los
criados de éste intentan explotar un beneficio propio la pasión de su amo: que
había prometido una cadena de oro a Celestina si lograba entre todos enamorar a
Melibea. Cuando esto sucede, los criados reclaman su parte y ante la negativa
de Celestina, la matan. Son apresados y ejecutados por la justicia, de lo que
Calisto tiene noticia al día siguiente. Concierta una entrevista nocturna con
Melibea; sube por una escalera de cuerda y cuando va a bajar para marcharse, se
rompe la escalera y Calisto se mata. Ante la muerte de su amado, Melibea sube a
una torre y se arroja desde ella tras declarar las causas del suicidio a su
padre. Termina la obra con el llanto y unas reflexiones morales de Pleberio,
padre de Melibea.
Personajes
La
Celestina es una obra única en cuanto a la creación de caracteres. Aunque
Calisto y Melibea aparecen como protagonistas, es Celestina la que señorea la
obra entera; éste es el hecho que justifica el cambio de título. Es, sin duda
el personaje mejor logrado y a la vez el más complejo de los personajes creados
por Rojas. Sobre este personaje se han cargado todos los calificativos
imaginables, hasta el demoníaco. Y Celestina no es un personaje demoníaco sino
humano en el sentido de que su existencia sólo es posible porque existe una
sociedad urbana que de alguna manera la necesita. Celestina es un personaje que
vive del vicio y de las bajas pasiones de los demás. Y todo esto lo aprovecha
en beneficio propio. Pero sin los vicios y miserias morales de la ciudad,
Celestina no sería posible.
Lo
que sí hace Celestina es servirse de todas las artes, desde la hechicería a las
ocasiones para lograr su propósito: dinero. Porque la gran pasión de Celestina
es la avaricia. La avaricia es la que la lleva a pervertir a los criados de
Calisto: por avaricia no se detiene ante nada ni le importan los medios. Sus
conocimientos de la naturaleza humana, el engaño, la falsedad, la pretendida
compasión, el cinismo y la ironía, la hechicería y sobre todo su inmensa
experiencia, todo lo pone al servicio de su gran pasión, que no es la lujuriar
sino la avaricia.
Calisto , mozo noble y de notable
ingenio, no posee la firmeza y determinación de Melibea. Es voluble,
impresionable, fácil al desánimo y la exaltación más apasionada. Los dos rasgos
más sobresalientes de este nuevo amador son por un lado, su total
enamoramiento, es un poseso del amor, lo cual le hace andar completamente
abstraído, en ocasiones como un sonámbulo, y por otro su egoísmo y su
inseguridad.
El
enamoramiento le lleva a las alabanzas más incontenibles, y a veces
sofisticadas, de Melibea. Cae así en los esquematismos del amor cortés y en las
exageraciones propias de los amantes, fruto no de la razón sino del corazón.
Encarna el amor ciego, la pasión desatada, pasión que le esclaviza hasta
convertirle en un personaje trágico. Otro rasgo de este personaje es su
inseguridad. Es tan inseguro, que llega incluso a perder protagonismo a favor
de Celestina y de sus criados, quienes de esta manera se agigantan como
personajes imprescindibles en la obra. A Calisto sólo le importa la consecución
de sus deseos, por eso morirá víctima de ellos.
El
retrato que Calisto hace de Melibea
podría hacernos pensar que estamos ante un tipo de mujer estandarizada, con
resabios de dama del amor cortés y con rasgos de la nueva estética
renacentista. Y efectivamente, nos hallamos ante un retrato estereotipo, ante
un ideal femenino de belleza que es común al final de la Edad Media y a todo el
Renacimiento. Un retrato que tiene más de ideal y de sueño que de real.
Melibea
es ya profundamente individual; sabe actuar de modo práctico y directo,
buscando enérgicamente aquello que anhela. Melibea no es la joven cuya voluntad
aparece ligada a la de los padres. No dudará en engañarlos, en fingir, en pasar
ella sola a la acción para lograr sus apetencias. En este sentido, Melibea
representa en la literatura española la primera gran incorporación del
individualismo de la persona defendido por el Renacimiento. El proceso de su
pasión está magníficamente expresado con verdadera intuición del alma femenina:
desde el rechazo inicial, al comienzo de la obra, hasta su entrega apasionada a
Calisto en el jardín de su casa, pasando por ese punto intermedio de fingidas
protestas y pretendidos rechazos.
Melibea
enamorada ya no se detendrá ante nada. Pactará con la vieja, engañará a su
madre y se entregará a Calisto. Cede a su pasión: no le importan la educación,
el recuerdo de sus padres, ni tiene escrúpulos que la atormenten; es una mujer
enérgica, apasionada, e incluso arrogante porque lo exige su pasión.
Autoría
y Estructura.
El
libro de La Celestina , tal y como hoy lo conocemos, contiene: una carta de "el autor a un su
amigo", once octavas acrósticas, un prólogo, la obra propiamente dicha,
compuesta por el Argumento y los veintiún actos con sus argumentos, tres
octavas explicando el propósito de la obra y, finalmente, las coplas del
corrector Alonso de Proaza en las que explica cómo han de leerse los dichos
versos acrósticos.
Éstos,
al unir la primera letra de cada uno, dicen:
<<El bachiller Fernando de Rojas acabó la Comedia de Calisto y Melibea e
fue nascido en la Puebla de Montalbán>>. En la carta "a un su
amigo" se dice que, habiendo encontrado el primer acto, "viendo no
sólo ser dulce en su principal historia o ficción toda junta, pero aun de
algunas sus particularidades salían deleitables fuentecillas de filosofía [...]
se detuvo en continuarla quince días" . Estas palabras plantean varios
problemas: ¿Fueron dos o uno los autores? Si hubo dos, ¿quién fue el del primer
acto? ¿Quién fue Fernando de Rojas?
Profe mañana creo que no va a ir nadie pq faltan química y estudios económicos. Un beso
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