jueves, 15 de octubre de 2015

Nueva Narrativa Latinoamericana



En los años sesenta, varios factores sociales y políticos contribuyeron a modificar las expectativas respecto de la literatura hispanoamericana. Uno fue el impulso ocasionado por las medidas desarrollistas, que buscaban modernizar a América Latina con miras a una mayor integración al mercado mundial. Otro fue la Revolución Cubana (1959) que hizo que el sueño socialista se vislumbrara como un destino posible para los países del subcontinente. El estímulo del consumo, la industrialización, el aumento demográfico y el progreso de la educación ayudaron a acrecentar el número de lectores. La Revolución Cubana movilizó inquietudes en un público mayoritariamente universitario y politizado, que encontró en la nueva literatura un renovador tratamiento de los temas que lo preocupaban. El consumo de masas provocó que los sellos editoriales se volvieran un negocio rentable.



La nueva narrativa tuvo una gran aceptación en Estados Unidos y Europa lo cual reforzó en el público hispanoamericano el orgulloso nacionalismo que era común entonces. Los narradores empezaron a aparecer con frecuencia en los medios de comunicación, hablando no sólo de literatura sino de otros temas de interés general, reflexionaban sobre lo contemporáneo convirtiéndose en intérpretes entre su público y los problemas de la época.


Las sociedades latinoamericanas buscaban definirse a sí mismas, y por ende, revisaban el pasado. La literatura pareció hacerse cargo de esa búsqueda: desarrolló insistentemente una idea de la ficción como medio para recrear una conciencia histórica, y funcionó como proveedora de identidad.


La consolidación de editoriales independientes armó un circuito de intercambio interno en el continente ayudando a que se difundiera la actividad literaria en su vertiente más contestataria y experimental. También los críticos literarios avalaron ese rumbo: fomentaron la creencia de una unidad entre los países latinoamericanos y reorganizaron la tradición desde esa perspectiva.


Boom Literario.


La irrupción del fenómeno que se conoce como BOOM LITERARIO, se debe a todos estos cambios mencionados. En el Boom convergieron la aparición de una serie de novelas novedosas (Cien Años de Soledad, Rayuela, La ciudad y los perros, La muerte de Artemio Cruz, entre otras) y un grupo de lectores y críticos receptivos a lo nuevo. De todos modos la idea de boom indicaba, en términos de márketing, una brusca alza en las ventas, es decir, un suceso comercial con estos libros, más que el hecho literario en sí. Puede decirse que fue el modo en que, entre los años 1964 y 1972 aproximadamente, se reflejaron en el mercado las transformaciones que venían produciéndose.


Las novelas de estos autores fueron aplaudidas en Hispanoamérica y luego traducidas y aclamadas en todo el mundo, debido tanto a su calidad, como a la eficacia de los medios publicitarios.


Características de la Nueva Novela


Esta literatura presenta algunas características: la desintegración de las formas tradicionales de la novela, debido a que con esta nueva novela se tratan nuevas técnicas y el lector se convierte en un "lector cómplice" y dejará de ser aquel lector pasivo de antes; La simultaneidad del lenguaje, aquí el autor utilizará un lenguaje variado de podría hacer denotar las distintas clases sociales, diversidad de lugares y regiones que a la vez que son diferentes su lenguaje también, ya no se utilizará en exceso aquel lenguaje directo, literario. El argumento de la novela es borrado por el lenguaje de personajes y narradores, que serán ahora "hablantes" simultáneos.


Por último, La novela como ficción total; en esta parte ocurre una ruptura con la realidad circunstancial, los nuevos escritores emprenden la ruta hacia la imaginación creadora y el realismo mágico con la invención de lugares, nombres y personajes. Un gran ejemplo sería "Cien Años de Soledad", sin embargo a partir de Mario Vargas LLosa, Gabriel García Márquez entre otros la novela se convierte en un territorio imaginativo que totaliza la realidad en todos los planos.


Aparecen nuevas formas de ver nuestra realidad:


REALISMO MÁGICO: Se plantea una realidad donde se mezclan elementos mitológicos, creencias, supersticiones, tradiciones, que se toman como verdaderos y válidos dentro del marco real que presentan.


REALISMO MARAVILLOSO: Se trata de obras donde lo extraño y maravilloso no aparece explicado ni diferenciado de la realidad, sino que forma parte de esta de manera integrada.


REALISMO FANTÁSTICO: Se trata de historias que se desarrollan dentro de una realidad aparentemente normal pero en la cual irrumpe algún elemento fantástico que no es cuestionado dentro del relato pero sí genera sorpresa en el lector.