sábado, 5 de mayo de 2012

Virgilio - La Eneida


Publio Virgilio Marón. Hijo de campesinos, Virgilio nació en Andes, una aldea próxima a Mantua, en la región italiana de Venetia et Histria. Aunque hijo de padres modestos, Virgilio estudió retórica y lengua y filosofía griegas en Cremona, Milán, Roma y Nápoles.

Si bien no intervino de modo directo en la vida política, desde muy pronto Virgilio disfrutó del apoyo de mecenas y amigos, como Cayo Mecenas, el poeta Horacio e incluso Octavio, el futuro emperador Augusto, en parte propiciado por el éxito de su primera obra mayor, las Bucólicas, en las que desarrolla muchos temas de la tradición pastoril, tomados sobre todo de los Idilios de Teócrito, aunque introdujo numerosas alusiones a personajes y situaciones de su época.

Incitado por sus protectores, escribió las Geórgicas, en apoyo de la política imperial de relanzar la agricultura en Italia, en las cuales recrea la belleza de la vida campesina y sus distintos aspectos: labranza, ganadería y apicultura.

La vertiente pública de la poesía de Virgilio llegó a su cima cuando afrontó la tarea de escribir un ambicioso poema patriótico a imagen de las grandes epopeyas homéricas, la Eneida, que debía cantar las virtudes del pueblo romano y cimentar una mitología propia para la nación. Para ello escogió la conocida figura legendaria del héroe troyano Eneas. Durante otros doce años trabajó en la composición de esta su obra maestra, poema épico que incluye doce cantos o libros.

Al principio, Eneas logra huir del desastre de Troya llevando sobre los hombros a su anciano padre, Anguises, y a su hijo Ascanio de la mano; reúne una flota y zarpa con los supervivientes troyanos rumbo a Tracia, Creta, Epiro y Sicilia, antes de abordar las costas de África. Luego relata los amores de la reina de Cartago, Dido, con Eneas, y el suicidio de ella tras la partida del héroe. Tras un interludio, la última parte narra la llegada de Eneas a Italia, y la guerra que sostiene con Turno, rey de los rútulos; la victoria le otorga la mano de Lavinia, princesa del Lacio.

Según Virgilio, el linaje romano procede del hijo de Eneas, Ascanio, que habría fundado la ciudad de Roma. El modelo homérico está presente tanto a nivel formal como temático, aunque es visible también la influencia de poetas romanos como Ennio, Lucrecio y Apolonio de Rodas.

El verso de Virgilio en la Eneida fue considerado en su propia época, y a partir de entonces, como modelo de perfección literaria tanto por su equilibrio métrico como por su musicalidad. Sin embargo, el poeta no pudo terminar su obra, pues en el 19 a.C. emprendió un viaje por Grecia y Asia con la intención de corroborar sobre el terreno las referencias paisajísticas y geográficas de su obra maestra, práticamente finalizada para entonces, y para profundizar en el estudio de la filosofía. Durante el viaje enfermó gravemente, y en su lecho de muerte pidió a sus amigos Vario y Plocio que destruyeran la Eneida, por considerarla imperfecta, ruego que no fue atendido por orden de Augusto.

Se atribuye asimismo a Virgilio la composición de un conjunto de obras menores de carácter épico, elegíaco y didáctico, conocido como el Appendix vergiliana, que quizás podrían ser obras de juventud, aunque no está bien dilucidada su autoría. El renombre de que gozó fue enorme no sólo en su época, sino a lo largo de toda la Edad Media, que le consideró como un cristiano anticipado, e incluso se llegó a ver en una de sus Bucólicas una profecía de la llegada del Mesías. En su Divina Comedia, Dante lo convirtió en su guía a través del Infierno y el Purgatorio, y le consideró su maestro.

Eneas:

Eneas (Αινειασ) es un héroe de la mitología latina basado en el héroe de la Odisea descrito por Homero. Era hijo de Anquises, un príncipe troyano y de Venus, la diosa del amor.
Eneas fue criado por unos pastores en la montaña hasta que cumplidos los cinco años, su padre Anquises se lo llevó a la ciudad a casa de su cuñado Alcátoo para que éste le educase. Con el tiempo se convirtió en el más valeroso de los héroes troyanos, después de Héctor. En los combates que tuvieron lugar durante la guerra de Troya, se vio auxiliado y favorecido en varias ocasiones por algunos dioses, según cuenta la narración de Homero, que termina de relatar sus hazañas cuando da fin a dicha guerra. Las aventuras y sucesos posteriores son creación del poeta romano Virgilio, que era poeta oficial de Augusto.
Cuando la guerra de Troya se terminó Eneas fue perdonado por los griegos en consideración a que había sido partidario de la paz y había terciado por la devolución de Helena aMenelao, su marido griego. Eneas marchó con un grupo de troyanos a Macedonia, de allí a Sicilia (en ambos sitios surgieron aventuras) hasta llegar a Laurentio en la costa delLacio, en la península itálica. Allí fundó otra Troya en la costa del mar Tirreno, en el lugar de desembarco. Después remontó el río Álbula (que más tarde sería llamado Tíber) y llegó hasta un poblado llamado Palanteo que estaba emplazado en el lugar que con el tiempo sería conocido como el Palatino. La región era gobernada por Latino, el rey de los aborígenes. Eneas hizo una alianza con este rey y además se casó con Lavinia, su hija; en su honor fundó la ciudad de Lavinio. Eneas y Lavinia tuvieron un hijo al que llamaronAscanio.

La Eneida

Aunque en su juventud Virgilio participó de la corriente literaria de los poetas, cuya producción consistía principalmente en breves poemas sobre argumentos de amor o temas ligeros, para escribir la Eneida se inspiró, en la antigua poesía épica romana de Naevius y de Ennius, y más aún en los poemas homéricos. Se puede, en efecto, dividir la Eneida en dos partes: los seis primeros libros, que relatan el viaje de Eneas, recuerdan la Odisea, mientras que pensamos en la Iliada leyendo los otros seis libros, que relatan los grandes hechos cumplidos por Eneas en Italia hasta su victoria final sobre los latinos.
El poema fue escrito bajo el reinado de Augusto, para celebrar la pacificación del Imperio, pero en realidad es algo más que una alabanza al emperador. Aparece como la apología del espíritu de Roma a través de las aventuras del héroe legendario Eneas, cuyos descendientes habrían fundado la ciudad. Virgilio mezcló en su poema la leyenda con la realidad, según costumbre de los poetas épicos.


Este poema, editado por primera vez por los amigos de Virgilio, Varius Tuca, ha suscitado la admiración de los poetas de todos los tiempos, y siempre se lo ha considerado como una de las más bellas exaltaciones de Roma que se hayan escrito. Por el interés de su argumento general, por la belleza de sus episodios secundarios, por la puntualidad y excelencia del estilo, por la melodía de los versos y por una profunda comprensión de las grandezas y los dolores humanos, es la Eneida uno de los grandes poemas épicos de la literatura universal.

Después de una breve introducción en que Virgilio anuncia cuál será el tema de la Eneida, comienza el relato. Eneas, príncipe troyano, navega por las aguas sicilianas hacia Italia, cuando Eolo, obedeciendo a la voluntad de la pérfida Juno, desencadena una terrible tempestad, durante la cual se extravían algunos barcos troyanos, mientras otros encallan en las costas. Felizmente, Neptuno, irritado por la audacia de Eolo, devuelve la calma al níar y a los vientos. Eneas, con siete de sus naves, se refugia en un puerto, cerca de Cartago. Es recibido con benevolencia por la reina Dido, viuda del rey Siqueo. Interrogado sobre las desgracias de su patria, cuenta los últimos días de Troya, con los trágicos acontecimientos que siguieron a la entrada en la ciudad del caballo de madera ideado por Ulises. Explica cómo, habiéndosele aparecido en sueños Héctor, para aconsejarle la huida, logró salvarse con su padre Anquises, su pequeño hijo Ascanio (también llamado Yulo) y los dioses de su patria.

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