domingo, 22 de julio de 2012

Fragmentos de un Discurso Amoroso


“Fragmentos de un discurso amoroso”

Síntesis de este libro de Roland Barthes, el cual se centra en las distintas figuras que aparecen en el amor. En algún momento del año cuando trabajemos este tema los vamos a aplicar ya que muchos son recurrentes en la literatura.
La necesidad de este libro se concentra en la consideración siguiente: el discurso amoroso es hoy de una extrema soledad. Es un discurso tal vez hablado por miles de personas (¿quién lo sabe?), pero al que nadie sostiene; está completamente abandonado por los lenguajes circundantes: o ignorado, o despreciado, o escarnecido por ellos, separado no solamente del poder sino también de los mecanismos (ciencias, conocimientos, artes)…
FIGURAS:
Dis-cursus es, originalmente, la acción de correr aquí y allá, son idas y venidas, “andanzas”, “intrigas”. En su mente, el enamorado, no cesa en efecto de correr, de emprender nuevas andanzas y de intrigar contra sí mismo. Su discurso no existe jamás sino por arrebatos del lenguaje, que le sobrevienen del capricho de circunstancias ínfimas, aleatorias.
Se puede llamar a estos retazos de discurso FIGURAS. El enamorado es presa de sus figuras. La figura está circunscripta (como un signo) y es memorable como una imagen o un cuento. Una figura se funda si al menos alguien puede decir que efectivamente la reconoce.
ABISMARSE: ataque de anonadamiento que se apodera del sujeto amoroso por desesperación o plenitud.
ABRAZO: El gesto del abrazo amoroso parece cumplir, por un momento, para el sujeto, el sueño de unión total con el ser amado. Todo está suspendido, el tiempo, la ley, la prohibición, nada se agota, nada se quiere, porque todos los deseos están al fin colmados. La lógica del deseo sexual se pone en marcha, se pasa del abrazo afectuoso al abrazo sensual.
AFIRMACIÓN: Contra viento y marea, el sujeto afirma el amor como valor. A pesar de las dudas, de las desesperaciones, de las ganas de querer salirse de esa historia, el sujeto no deja de afirmar su existencia. A pesar de conocer argumentos que lo nieguen. Contradictoriamente es feliz e infeliz, triunfa y fracasa. ¿Cómo evaluar la viabilidad en el amor?
ANGUSTIA: El sujeto amoroso, a merced de tal o cual contingencia, se siente asaltado por el miedo a un peligro, a una herida, a un abandono, a un cambio, sentimiento que expresa con el nombre de “angustia”.
ATOPOS: El ser amado es reconocido por el sujeto amoroso como “atopo”, es decir como inclasificable, de una originalidad incesantemente imprevisible.
AUSENCIA: Todo episodio del lenguaje que pone en escena la ausencia del ser amado se tiende a transformar en una prueba de abandono. “Es el otro que parte, soy yo quien me quedo”. El otro se encuentra en estado de perpetua partida, yo espero, amo, sufro. Termino pensando “soy menos amado de lo que amo”.
CATÁSTROFE: Crisis violenta en cuyo transcurso el sujeto, al experimentar la situación amorosa como un conflicto definitivo, como una trampa de la que no podrá jamás salir, se dedica a una destrucción total de sí mismo. Hay dos tipos de desesperación: la lenta (se resigna paulatinamente) y la violenta (bruscamente reacciona contra sí mismo). “Me he proyectado en el otro con tal fuerza que, cuando me falta, no puedo recuperarme: estoy perdido para siempre”.
CELOS: Sentimiento que nace del amor y que es producido por la creencia de que la persona amada prefiere a otro. Cuando uno ama exige exclusividad. Al estar celoso se sufre en varios planos: sufre por estar celoso, por reprocharse que lo está y porque teme que sus celos hieran al otro.
COMPASIÓN: El sujeto experimenta un sentimiento de compasión violenta con respecto al ser amado cada vez que lo ve, lo siente o lo sabe desdichado por cualquier razón ajena a la relación en sí. Estoy conmovido, angustiado porque es horrible ver sufrir al ser amado, pero a la vez no dejo de estar ajeno a esa desdicha. Si el otro sufre por algo ajeno a mí, es porque no soy lo suficientemente importante para él. Siendo desgraciado por sí mismo, el otro me abandona.
COMPRENDER: Al percibir el amor como un nudo de razones inexplicables el sujeto desea comprender lo que siente y lo que le pasa.
CONTACTOS: La figura se refiere a todo discurso interior que surge por un contacto furtivo con el cuerpo del ser deseado.
CUERPO: Todo pensamiento, toda emoción, todo interés suscitados en el sujeto amoroso por el cuerpo amado. La piel, los ojos, la voz, todo en el otro despierta interés.
DECLARACIÓN: Propensión del sujeto amoroso a conversar abundantemente, con una emoción contenida, con el ser amado, acerca de su amor, de él, de sí mismo, de ellos, de la relación amorosa. Nadie tiene deseos de hablar de amor si no es por alguien.
DEMONIOS: A veces el sujeto amoroso se deja llevar por un discurso que lo impulsa a herirse a sí mismo y a expulsarse del paraíso en que se encontraba dentro de la relación amorosa. Una fuerza me arrastra a hacerme mal a mí mismo, el lenguaje actúa como bola de nieve, me obligo a pensar en imágenes de abandono y dolor, de humillación. El desasosiego se apodera del sujeto.
DEPENDENCIA: Figura en la que la opinión del sujeto se ve condicionado por su amada. Es una mecánica de vasallaje amoroso ya que al otro se le asigna un hábitat superior, un Olimpo donde todo se decide y desciende hacia mí.
DESOLLADO: Sensibilidad especial del sujeto amoroso que lo hace vulnerable a las heridas.
DOLIDO: Imaginándose sin vida, el sujeto amoroso ve la vida del ser amado continuar como si nada hubiera ocurrido.
DRAMA: el sujeto que ama se siente inmerso en su propia novela de amor.
ENCUENTRO: La figura remite al tiempo feliz anterior al comienzo de las dificultades de la relación amorosa. En el encuentro me maravillo de haber encontrado a alguien que, mediante pinceladas sucesivas y logradas una vez tras otra, sin desfallecimientos, acabe el cuadro de mi fantasma.
ESCENA: La figura se refiere a toda “escena” como intercambio de cuestionamientos recíprocos. Cada uno a su turno dice sus argumentos queriendo quedarse cada uno con la última palabra. Ninguna escena tiene un sentido, ninguna progresa hacia el esclarecimiento de nada.
ESPERA: Tumulto de angustia suscitado por la espera del ser amado, sometida a la posibilidad de pequeños retrasos. Espera más que una llegada, una reciprocidad, un signo prometido. Mientras no llega, todo es un pequeño duelo, no hay sentido de las proporciones.
FALTAS: En determinadas circunstancias cotidianas el sujeto siente haber cometido una falta contra el ser amado y experimenta culpabilidad.
FASTIDIO: Sentimiento de celos tenue que se apodera del sujeto amoroso cuando ve el interés del ser amado captado y desviado por otra personas, objetos u ocupaciones que actúan a sus ojos como rivales secundarios.
FIESTA: Forma en que el sujeto reacciona ante el encuentro del ser amado. La presencia es la suma de todos los placeres, una plenitud de satisfacciones.
IDENTIFICACIÓN: El sujeto se identifica dolorosamente con cualquier persona o personaje que ocupe en una estructura amorosa la misma posición que él.
IMAGEN: En el campo amoroso, las más vivas heridas provienen más de lo que se ve que de lo que se sabe. En la imagen el yo no está en escena, es espectador y eso le provoca dolor. “La imagen es aquello de lo que estoy excluido”.
INCOGNOSCIBLE: Esfuerzo del sujeto por conocer y comprender al ser amado “en sí” independientemente de la relación. Po una parte creo conocer al otro mejor que cualquiera y se lo digo, pero a la vez muchas veces me parece misterioso e impenetrable, ajeno a mí. “No llego a conocerte” quiere decir en realidad “No sabré jamás lo que piensas realmente de mí”.
INFORMANTE: Figura amistosa que parece, sin embargo, tener la función de herir constantemente al sujeto amoroso, entregándole, como si tal cosa, informaciones sobre el ser amado con el efecto de perturbar la imagen que se tiene de él. El informante ingenuo o perverso tiene un papel negativo. Cualquier cosa que diga es dolorosa.
LLANTO: Expresión de emociones con las que el sujeto busca causar un efecto en el ser amado para presionarlo. Llora para mostrar que su dolor no es una ilusión.
MAGIA: Consultas, pequeños ritos, secretos, supersticiones que el sujeto integra en su relación amorosa sea cual sea la cultura a la que pertenece. Todo el tiempo se busca interrogar al destino, probar el amor y alimentar las expectativas.
MUTISMO: El sujeto amoroso se angustia de que el ser amado responda escasamente o no responda a las palabras que le dirige. El silencio del otro, lastima.
NUBES: Sentido y uso del ensombrecimiento de humor que se apodera repentinamente del sujeto amoroso por circunstancias variables. Estas nubes implican la molestia sutil por algo, la carencia.
OCULTAR: Una vez confesado el amor, el sujeto se pregunta en qué medida debe ocultarle las perturbaciones de su pasión: sus deseos, sus desamparos, sus excesos. Está preso de un doble discurso, sufre o teme pero no quiere expresarlo por temor a dejar en evidencia sus paranoias. “Le impongo a mi pasión la máscara de la discreción”.
RAPTO: Episodio en el cual el sujeto se encuentra capturado, “raptado” por la imagen del objeto amado (flechazo o encantamiento). Está fascinado por esa imagen.
RECUERDO: Rememoración feliz y/o desgarradora de un objeto, de un gesto, de una escena, vinculados al ser amado.
RESONANCIA: Modo fundamental de la subjetividad amorosa: una palabra, una imagen resuenan dolorosamente en la conciencia del sujeto.
SIGNOS: Ya sea que quiera probar su amor o que se esfuerce por descifrar si el otro lo ama, el sujeto amoroso no tiene a su disposición ningún sistema de signos seguros. “Lo único que me hace sufrir es la imposibilidad de probarte mi amor”. Impotencia del lenguaje, en el amor todo puede ser ambiguo.